martes, 31 de enero de 2012

De la ciudadanía al (in)civismo

José Ignacio Wert sustituirá la asignatura de Educación para la Ciudadanía por otra de Educación Cívica y Constitucional para eliminar la polémica de la división social creada por la introducción en la LOE de una asignatura que iba más allá de la educación cívica. En cierto sentido se equivoca puesto que en torno a esta asignatura había un consenso social generalizado: todo el mundo estaba descontento con ella; una solución a medias tintas e insuficiente para unas y excesiva para otras.

Insuficiente para quienes creen en una democracia depende de la promoción de una ciudadanía crítica deliberativa y en la escuela como un laboratorio democrático. Insuficiente para quienes consideran que la construcción de la ciudadanía no se puede contener dentro del cajón estanco de una asignatura sino que conforma la finalidad en sí misma del sistema educativo.

Excesiva para quienes quieren mantener el status quo incuestionado, para un sector conservador no dispuesto a introducir “temas polémicos”. Y como no se puede caer bien a todo el mundo, con ánimo de contentar al menos a sus votantes el Señor Wert se ha decidido a eliminar estos “temas polémicos” del debate escolar. Cabe cuestionarse que se entiende por tema polémico ¿corrupción política, capitalismo, neoliberalismo, supremacía de los intereses económicos? en cuyo caso, sin duda sería mucho mejor dejar a los medios de des-información, y en especial a la televisión (que por cierto nada tiene que ver con la derecha, y menos desde que telecinco compró cuatro y antena 3 la sexta; y TVE está buscando al próximo Urdaci…), que sigan siendo los únicos creadores “objetivos” de opinión pública para eliminar toda polémica o discrepancia. O quizás los “temas polémicos” a eliminar se refieran más a aquello que cuestionan aquello contrario al pensamiento de Rouco; si lo que queremos censurar son temas como las relaciones sexuales, el aborto, el matrimonio entre homosexuales, los modelos familiares alternativos, y en general todo aquello que se desvía de la “ortodoxia moral eclesial” quizás la asignatura podría llamarse de forma más apropiada: Educación cívica, constitucional y evangélica.

Evitar el adoctrinamiento es el argumento para pasar de la ciudadanía al civismo, puesto que todas las decisiones educativas son inevitablemente políticas, está por ver que es el adoctrinamiento si el fomento del pensamiento crítico y la autonomía política o la mera transmisión de un sistema incuestionado (e injusto, forjado al gusto de solo unas y unos pocos). Porque no es lo mismo un modelo de ciudadanía máximo, que uno mínimo; porque no es lo mismo aprender a pensar que creernos lo que nos dicen; porque no es lo mismo vivir la democracia a que te lo cuenten; porque no es lo mismo creer en la construcción democrática escolar que no creer; alguien debería recordarle al señor ministro que lo que nos vende como solución técnica imparcial no es sino otro refuerzo más de un modelo liberal frente a uno republicano; de un modelo que prima las libertades individuales (de unas y unos pocos) sobre los intereses colectivos de todas y todos.

Dicho lo cual me dispongo a proseguir escribiendo mi tesis sobre la construcción deliberativa de la ciudadanía desde los espacios escolares y digitales antes de que la inquisición acabe de preparar el brasero… solo me queda una duda, puesto que vivimos en la sociedad red, en un mundo digitalizado, en la era de los medios electrónicos ¿a qué temperatura arden en la hoguera los archivos informáticos?

2 comentarios:

  1. Vaya si te has puesto las pilas con el blog ehhh. Enhorabuena por la entrada, me parece que deja clara la equivocación de los sectores más conservadores de la derecha. Por cierto lo que sí me gusta mucho es la cita del principio del blog ;)

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  2. Responder a tu última pregunta, me resulta muy sencillo.Arden a 87 grados. ;-)

    Me ha encantado el artículo, sindicalista radical!!

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